El virus PowerPoint se expande y acaba con la imaginación de profesores y alumnos




El mal del PowerPoint parece no tener cura, se ha expandido en cada una de las áreas de la educación, y por donde pasa arrasa. Y lo peor es que nadie se ha dado cuenta.

Existe la creencia de que el oyente entenderá mejor una explicación si esta va acompañada de una presentación visual (o PowerPoint), en principio puede ser así, pero desde hace ya años las cosas se han ido de madre.

Pocos profesores piensan ya que se pueda dar una clase sin un PowerPoint detrás, lo mismo con los alumnos, estos no conciben que se pueda hacer una buena presentación oral si no es acompañada de potentes imágenes.

¿Pero por qué es malo usar el PowerPoint mientras se explica?

Es muy sencillo, respondo con una pregunta ¿con qué se trabaja más la imaginación, leyendo un libro o viendo una película?

Las excesiva exposición de imágenes destruye la imaginación, cuando se expone la imagen y se renuncia a explicar con palabras ese concepto, por un lado el oyente hace un nulo esfuerzo imaginativo, y por otro, el orador hace un nulo trabajo creativo.

Ya saben el dicho…..

“Una palabra vale más que mil imágenes”

“¿Cómo? ¿Es el revés?” No, está bien así. La fuerza e impacto de la palabra puede ser mil veces más poderosa que la de una imagen, si describimos un concepto para alguien, y este es capaz de imaginarlo y visualizarlo, habremos dejado una huella mucho más profunda que si nos limitamos a poner imágenes.

Es cierto que la presentación de imágenes puede ayudar a captar la atención, pero esto no quiere decir que la comprensión sea mayor, y mucho menos que vayamos a causar gran impacto. Cuando al oyente se le somete a la exposición de imágenes este deja de pensar y de imaginar.

El orador por otro lado ya no tiene que esforzarse en explicar, todo lo muestra la imagen, pero si este intenta “hacer ver” con sus palabras aquello a lo que se refiere, está haciendo un acto creativo, y esto, el ejercicio y fomento de la creatividad es de las mejores inversiones que se pueden hacer en uno mismo.

Pero hay algo peor que usar imágenes en una presentación, y es usar texto…

El otro día asisto a una reunión en una universidad, y los ponentes que eran todos profesores, hablaban siempre con un PowerPoint detrás que reflejaba en textos, más o menos lo que el ponente estaba diciendo. ¿Y eso por qué? No había sordos en aquella reunión, y todos éramos españoles. ¿Por qué hablar y a la vez proyectar lo que estas diciendo en una pantalla? “Así quedará más claro”, tengo mis dudas de que sea así, para mí lo que queda es aburrido, y el aburrimiento es la vía de la perdición.

Estamos sometidos a una exposición visual permanente, y como he dicho, la exposición a imágenes destruye la imaginación. Lo que se les está haciendo a los niños de hoy, que crecen con un móvil en la mano, va a tener consecuencias, estos chavales van a tener un TDAH como un camión de grande.

Es necesario volver al uso de la palabra, al discurso oral, simple y llano, a la pizarra y a la tiza (sí, lo he dicho). Debemos reeducarnos en el oído, en la escucha, en la narración oral.

Hasta mediados del siglo XX la principal forma de entretenimiento era  escuchar historias. Ya fueran libros leídos en voz alta, cuenta cuentos, juglares, trovadores, vates…. todo lo que fuera narración oral. Y la gente gozaba escuchando e imaginando, y ellos no necesitaban presentaciones, solo la imaginación.

¿Qué hago en clase? Mi experiencia, y lo que sugiero.

Desde que empecé hace ocho años en la educación, mando a mis alumnos realizar al menos una exposición oral por trimestre. Algunas de las premisas de la exposición son las siguientes: tema libre (siempre y cuando no sea fútbol), que aporte valor a la clase, no puede durar más de 10 minutos, y atención ¡¡¡¡ no usar PowerPoint!!

Y al comienzo de cada año esto me cuesta peleas con los alumnos, lo explico de mil maneras pero nunca me suelen entender, o al menos la razón no me la dan.

Al inicio, no les ponía esa limitación, pero observé que cuando a un alumno le decía “tienes que hacer una presentación oral”, lo primero que hacía el alumno era preparar el PowerPoint, sea cual fuese el tema, no cuidaban el contenido, el lenguaje verbal, el no verbal…. Lo más importante era el PowerPoint. Y aunque avisase de que lo que más valoraba eran otras cosas, sentía que nadie me hacía caso, así que al año siguiente dije. “Presentaciones orales sin PowerPoint” ¡y se acabó!.

Pero como todo en la vida, no soy un fundamentalista, y entiendo que hay excepciones, por ejemplo si vas a explicar arte; o si vas a explicar geografía y hablas de lugares, por supuesto que es bueno y necesario enseñar mapas; o si vas a hablar de un tutorial de edición de imagen es obvio que sería bueno mostrar las imágenes…. Claro que hay excepciones. Pero hoy día, hoy día se nos ha ido la cabeza.

En mis clases rara vez uso presentaciones, excepto cuando doy arte, ahí sí las uso siempre; a parte de eso, alguna vez al trimestre si las uso, pero solo como algo excepcional.

Me interesa tu opinión:

¿Cómo trabajas o trabajarías este tema?

¿Te aburren los powerpoints tanto como a mí?

¿Crees que abusamos de la exposición visual en nuestros días?