La clave para cambiar el sistema educativo

¿Qué cambiarías del sistema educativo? La pregunta que me ha dejado frustrado


No quería hacerlo pero lo hice, me temía lo que iba a pasar, y pasó. Pero aún así no pude evitarlo.

Pregunté en todas mis redes sociales qué cambiarían del sistema educativo, y cómo siempre el publico se volcó. Es de las cosas que más me enorgullecen. El público que se ha acercado a mis redes es participativo y si pregunto algo siempre me responden de manera masiva.

Pero en esta ocasión tenía miedo de hacer la pregunta “¿Qué cambiarías del sistema educativo?”. Todo el mundo se siente frustrado con la educación que ha recibido o recibe, todo el mundo tiene la sensación de que ha perdido el tiempo, energía y recursos en cantidades ingentes en una formación que no le ha reportando gran cosa.


Por eso, hacer esa pregunta es abrir la caja de Pandora.


Pero, ¿qué es lo que me daba miedo de la pregunta? Siempre lo compruebo cuando este tema sale a relucir en una conversación entre amigos profesores, y es que a esta cuestión cada uno tiene una respuesta completamente diferente, y a menudo opuesta a las demás. Todo el mundo es unánime en afirmar que el sistema o no funciona o es mejorable. Ahora, en el momento de da con una solución, cada uno tiene la suya es absolutamente única.


Por eso me temía lo que iba a pasar y pasó. Pregunté en Instagram y Facebook y pasó lo que me temía, decenas de respuestas con sugerencias muy interesantes. Problema, nadie, absolutamente nadie coincidía con otro en la solución al problema. 


Días después, quizá movido por un punto masoquista, hice esa pregunta en Tiktok, donde hay un público casi exclusivo adolescente. Pues bien, en el momento de este artículo, esa publicación tiene más de 100 respuesta, y lo que os imaginías, prácticamente todas so diferentes, casi nadie coincide.


Y hacer esta pregunta me ha frustrado.


Si cada uno de nosotros tiene una solución diferente para cambiar el sistema, esto nos lleva a concluir que en la vida tendremos un sistema que contente a la mayoría. O dicho de otra manera siempre tendremos un sistema que dejará descontentos a casi todos.

Entonces, ¿qué solución hay?


Pues llegado a este punto es cuando me topo con Don Frustración Cansado. No lo sé.

Bueno, a lo mejor puedo a aportar.

¿Cómo saber cuál es el mejor sistema educativo y que contente a la sociedad?


“Uno que sea consensuado por la mayoría”, responderán muchos. Según la experiencia relatada anteriormente eso no puede pasar. Jamás habrá un consenso amplio en este asunto, ni siquiera mínimo añadiría. Vale que aquellos que aprueben su ley, dirán que es la ley “la mayoría” quiere, pero ya sabemos qué significa para ellos “mayoría”.


Llegado a este punto solo me queda una salida. Maticemos la pregunta anterior. 


¿Cómo saber cuál es el mejor sistema educativo? 


En el fondo esta debe ser la pregunta, que alguien este contento o no puede ser anecdótico y no significa que algo funcione o no.


Entonces la única respuesta posible, un buen sistema educativo se mide por sus resultados.


¡Pardiez, no! ¿Otro laberinto?


El sistema educativo debe preparar a los jóvenes para los retos que encontrará en la sociedad de dentro de 5 o 10 años. Además este sistema debe enseñar unos valores cívicos, o siendo más concreto, debe inculcar la importancia del respeto a los derechos humanos.


Pues partiendo de estas premisas podemos valorar si el sistema funciona o no.


Por ejemplo, si tenemos a una generación de ni nis, ¿de quién es la culpa? del sistema. Es obvio, no nos preguntemos que sistema nos gustaría, sino que sistema evitaría eso.


Por ejemplo, si tenemos un 20 % de paro estructural y esta población carece de habilidades para mutar dentro del sistema. La culpa es obvio que es del sistema, pues bien preguntémonos qué podemos hacer para que el sistema se adapte.


Si por ejemplo, vivimos en una sociedad cada vez más independiente en la que se ensalza el individualismo como un valor, provocando que cada más gente este sola, cabe preguntarse si dentro del sistema no se puede hacer algo para que pensemos en las consecuencias del aislamiento.

La pregunta que hice esta mal planteada, la culpa fue mía, es cómo si pregunto “¿qué salario crees que mereces?” “¿cuánto crees que debes trabajar?”…. son preguntas en cuya respuesta pondremos pasión, instinto, deseo; pero en las que dejaremos a un lado la reflexión y el pensamiento lógico.


No se llega al fondo del asunto preguntando “¿qué cambiarías del sistema educativo”, como yo hice. Sino, preguntando cosas como, “¿Qué puede hacer el sistema educativo para evitar que tengamos un 20 % de paro estructural?” Conforme al problema, podemos afinar la respuesta y que esta sea reflexiva. O por ejemplo, “¿Qué puede hacer el sistema educativo para que disminuya o desaparezca el consumo de drogas?”

Se repite la idea, de manera machacona, de que la solución a los problemas de la educación vendrá de un gran pacto educativo entre todos los partidos políticos.  ¿Alguien me puede explicar  por qué? ¿Por el hecho de que varios partidos acuerden un sistema educativo no significa que este vaya a ser bueno? ¿Se puede acordar un mal sistema educativo?


Y el motivo se remite a lo anterior, la cuestión no es lo que nos gustaría, sino cómo encontrar las mejores soluciones a los retos y problemas que tenemos en estos tiempos. Que son unos cuantos.