La ley de Moore: el verdadero reto del sistema educativo


Ya sabemos que el aparato del sistema educativo se mueve al paso de una tortuga, y hoy, en lugar de preparar a los alumnos para la sociedad que encontrarán en 5 o 10 años, los estamos preparando para la de hace diez.

El gran reto al que debería hacer frente el sistema educativo se llama la ley de Moore, y el temor que me habita es que los responsables políticos no saben muy bien, qué es esa ley y quién es Moore.

Esta ley fue enunciada en 1965 y decía que cada año los microprocesadores aumentarían su capacidad a un ritmo exponencial. Es decir 1:2:4:8:16:32:64:…..¡¡¡128!!!…..¡¡¡236!!!….

“¿Y qué pasa? ¿No es fantástico?”…. depende

Hasta el siglo XIX en Europa, los avances científico-tecnológicos se producían una vez cada cincuenta o cien años. Es decir, pasaban varias generaciones entre un avance y otro y la sociedad tenía tiempo de sobra para asimilarlos. Pero es más, estos avances a menudo quedaban entre las élites, así que en cierto modo ni siquiera llegaban a la mayoría de la población.

Pongamos un ejemplo, imaginemos que un campesino del Imperio Romano del siglo I a. C. se metiese en una máquina del tiempo y lo llevasen al mismo lugar en el Siglo XV. Imaginemos que ese campesino observase como se trabaja la tierra 1600 años después ¿Encontraría muchas diferencias? La respuesta es no, más o menos vería lo mismo. ¡¡¡Pero si han pasado dieciséis siglos!!! Así es.

A partir del siglo XIX la revolución tecnológica se acelera, y los avances empiezan a producirse cada 20 o 30 años. Pero aún así, hay suficiente tiempo entre un avance y otro para que la sociedad pueda acostumbrarse, entenderlos y los emplee para un buen uso.

Y llegamos a finales del siglo XX y las cosas se empiezan a complicar. 

Entonces nos damos cuenta de que la ley de Moore enunciada para los microprocesadores es aplicable también a todo el ámbito tecnológico.

Tranquilo, lo explico. Un año la tecnología se desarrolla a la velocidad de 1, al año siguiente a la velocidad de 2 , ¿luego? 4, y atención, si es a un ritmo exponencial, al cuarto año la tecnología se desarrollaría al ritmo de 8, al quinto a la velocidad de 16, luego 32, después 64…. Y al octavo año, a la velocidad de 128…

Si no lo entiendes, compara un móvil de ahora con el de hace 8 años.

¿Cuál es el gran problema? Que los avances se producen a un ritmo que los seres humanos no podemos asimilar. No tenemos tiempo de habituarnos. Mientras a lo largo de la historia el ser humano tenía toda una vida para acostumbrarse a manejar un nuevo invento, ahora tenemos meses o semanas para comprender y asimilar el último hasta que surja otro .

Y esto está creando grandes disfuncionalidades en cada área de la sociedad… 

Muchos hombres sienten que conquistar a una mujer es chatear durante días, y que ver porno es lo mismo que hacer el amor, muchos creen que tener 1000 amigos en las redes sociales es estar acompañado, que tener muchos likes es igual a tener valor…. Por no hablar de la destrucción del empleo debido a la robotización, que está causando estragos en el mercado laboral….

Y ante todo eso, ¿qué hacen las autoridades? ¿y los políticos? ¿y el sistema educativo?

La educación debería desde ya estar preparando a los jóvenes para adaptarse a esta era de cambio acelerado, para que usen en su favor todos esos avances tecnológicos y no en su contra (como hoy pasa).

Pero supongo que estarás pensando lo mismo que yo. El sistema educativo en sí no está haciendo nada; las autoridades educativas actúan cual oso en una cocina: si se mueven rompen cosas.

¿Qué sugiero? A nivel de autoridades.

La creación de una asignatura en la que  cada una  o dos semanas se examinase un nuevo avance tecnológico. Y se hiciese hincapié en 2 puntos: los usos positivos y negativos de ese avance. A la vez, se debería combinar con la enseñanza de valores éticos. O sea la asignatura podría llamarse “Tecnología y valores éticos”.

Ojo, no podría tener unos contenidos fijados desde arriba, los contenidos se irían creando sobre la marcha. Como hemos explicado, cada mes hay algo nuevo y tendría que estudiarse

Ejemplo: durante los días que escribo este artículo, entre los jóvenes está de moda una red social que se llama thiscrush, básicamente esta red sirve para acosar. Sí, como lo cuento. Se supone que su función era recibir mensajes anónimos de tus admiradores, pero en la práctica reciben mensajes de compañeros haters, que te vejan y te humillan. Pero tiene éxito, y los adolescentes se apuntan aunque les digan barbaridades. Y ante esto…. ¿qué hemos hecho en los institutos? Nada. Tenemos tanto miedo a no cumplir la programación y que luego venga el inspector a pedir cuentas, que no nos queremos distraer.

Pero en este caso por ejemplo, el sistema debería haber actuado a la semana de que esta red social se pusiese de moda. No al año, ¡ya!

¿Qué sugiero? A nivel de maestros y profesores.

Nosotros debemos ser los primeros en sumarnos a esa ola de cambio, y preguntarnos qué hay de bueno y de malo en cada Gadget o moda online que surja.

Debemos intentar en la medida de lo posible inculcar este mensaje en nuestras clases: “La tecnología es una herramienta, se puede usar para cosas buenas, pero también para cosas malas”.

En este punto, sí conozco muchos compañeros que están de lleno en ello. Combinar nuestra asignatura, sea la que sea, con la tecnología. No vale decir, “yo ya estoy muy mayor para aprender” “Mi asignatura es siempre la misma”… Tenemos que usar la tecnología, ¡ y atención! como una herramienta que nos ayude a conseguir un objetivo, esto que a priori puede parecer sencillo, hace patinar a la mayoría de los profesores. Usar la tecnología en clase es fácil, pero usarla como un medio integrado para conseguir un objetivo no lo es tanto.

Me gustaría saber tu opinión..

¿Estamos aprovechando la tecnología para un uso positivo?

¿Tienes alguna idea de como trabajar este tema en las aulas?